Capítulo 155
Sophie estaba familiarizada con las palabras de Ian.
Era un cliché que a menudo se encontraba en novelas y dramas de mala calidad.
Sophie volvió a negar con la cabeza y dio un paso atrás.
—No, sea lo que sea, esto no está bien.
Sí, los giros inesperados de la trama que no estaban en la historia original no podían surgir de repente. Y aunque lo hicieran...
—Estoy comprometida con Su Excelencia y lo amo. Para mí, siempre serás solo un hermano.
Sophie pronunció las palabras que le vinieron a la mente y huyó a su habitación, cerrando la puerta tras ella.
Sus piernas cedieron y se desplomó frente a la puerta.
Estaba tan sorprendida que le temblaban las manos y el corazón le latía con fuerza como si fuera a estallar.
—¿Qué clase de desarrollo es este…? —Sophie murmuró, acurrucándose.
En el espejo lejano, vio a una mujer sentada en el suelo.
Era Sophie Fraus, una mujer que no se parecía en nada a Ian.
«En serio... ¿no tiene ningún parentesco de sangre?»
Ella había pensado en ellos como medios hermanos que no tenían ningún parecido excepto sus ojos verdes.
Otros a menudo comparaban al apuesto Ian y a la menos atractiva Sophie, notando su falta de similitud.
—Entonces… ¿eso significa que la condesa Rubisella tuvo una aventura y que de ella nació Ian?
Sophie estaba convencida, sin lugar a dudas, de que Ian no era una auténtica Fraus.
Después de todo, en las historias, a menudo era Cenicienta o Kongjwi la verdadera hija, mientras que el malvado hermanastro probablemente ocultaba la verdad.
En muchas novelas románticas de fantasía, el niño despreciado a menudo resultaba ser el verdadero heredero de la familia.
Así que estaba segura que Sophie era la verdadera Fraus.
«Si Ian no es el hijo biológico del conde Fraus...»
Sophie comenzó a comprender por qué Ian estaba tan obsesionado con ser un Fraus.
Ella no sabía cómo Ian había descubierto el secreto de su nacimiento.
Ya fuera que la condesa Rubisella le hubiera dicho la verdad o que de alguna manera se hubiera topado con viejos registros.
Sea como fuere, Sophie no tenía intención de informar al Conde sobre esto.
Sería mejor dejar que Ian siguiera viviendo como la "Fraus" que deseaba.
—Si el secreto de Ian no se revela, seguiremos siendo hermanos. —Sophie se repitió a sí misma.
En esta sociedad, el incesto estaba prohibido.
Mientras Ian fuera reconocido como un Fraus, Sophie y él no podrían estar juntos.
Además, Sophie ya estaba prometida a Killian, a quien amaba.
Todo estaba decidido, y el hecho de que Ian no fuera su hermano no cambió su elección.
Incluso después de que Killian, Sophie y Estelle se fueron, Mikhail permaneció en el lugar de la fiesta.
En medio del alboroto causado por la caída del candelabro, miró fijamente el lugar donde se había estrellado.
En ese momento, el asistente que había salido con la emperatriz regresó a la fiesta.
Mikhail llamó al asistente para preguntarle sobre las consecuencias.
—Me llamasteis, Su Alteza.
—Entonces, ¿le informaste a Su Majestad sobre esto?
—Sí, Su Majestad ha decidido castigar a los tres sirvientes encargados de mantener la lámpara y desterrarlos del palacio.
—¿Qué?
Las cejas de Mikhail se fruncieron.
Este incidente fue obra de la Luna Negra. Así que, aunque los cuidadores del candelabro fueran los culpables, no habrían podido hacer mucho para evitarlo.
¿Pero castigar a los cuidadores?
Quizás tengan cierta responsabilidad, pero culparlos enteramente fue un error.
Esto sólo haría que el asunto se dejara de lado, dificultando la búsqueda de la Luna Negra.
—Tras investigar con los sirvientes y los caballeros de Orhelin, se determinó que el incidente ocurrió porque no se limpió la cera del candelabro antes de la fiesta...
—¡Eso es imposible…!
Mikhail recordó la lámpara caída.
Aunque se había caído y estaba parcialmente roto y doblado, su cera no era diferente a la de los otros candelabros.
Al ser un objeto de gran valor perteneciente a la familia real, el candelabro siempre fue mantenido meticulosamente, y cualquier cera vieja habría sido removida y reemplazada con velas nuevas antes de la fiesta.
—Necesito ver a Su Majestad.
Mikhail comenzó a caminar hacia el palacio del emperador.
«¿Madre no le comunicó mis palabras a Su Majestad? ¿O decidió manejarlo así aun sabiéndolo?»
Justo cuando Mikhail estaba a punto de entrar al palacio del emperador, Beatrice se acercó desde la dirección opuesta.
—Mikhail.
—Su Majestad, la emperatriz.
—¿Qué te trae por aquí? —Beatrice le preguntó a Mikhail, que había venido a ver al emperador.
Pensando que ésta era una oportunidad, Mikhail preguntó a la emperatriz.
—Su Majestad, escuché que Su Majestad ha castigado y desterrado del palacio a los tres cuidadores del candelabro.
—Sí, eso es correcto.
—Pero esto hará que sea más difícil encontrar la Luna Negra…
—Así que viniste porque estabas preocupado por eso.
Al ver la expresión ansiosa de Mikhail, Beatrice sonrió suavemente.
—No te preocupes. Ya han expulsado a la Luna Negra de Orhel. No se escaparán tan fácilmente.
—Pero si solucionamos este incidente tan rápido, ¿qué pasará cuando necesitemos capturar la Luna Negra más tarde?
—La Luna Negra ya ha cometido muchos crímenes. Sea este incidente o cualquier otro, no habrá laxitud en la investigación de su culpabilidad. Pero el Imperio es diferente. Si vuelven a difundirse malos rumores a causa de este incidente, solo aumentará el malestar.
Beatrice le aseguró a Mikhail que Orhel había documentado y confirmado exhaustivamente la evidencia de este incidente.
Aún así, la expresión de Mikhail no se iluminó.
—Si hacemos público este incidente, ¿no eliminaríamos toda sospecha hacia Killian? —Mikhail le preguntó a Beatrice.
A pesar de mostrar reconciliación con el emperador en la fiesta de hoy, la reputación de Killian estaba en su nivel más bajo.
Una vez que comenzaran los chismes, era difícil librarse del estigma, incluso si se demostraba la inocencia.
Y algunos todavía sospechaban que Killian podría ser la Luna Negra.
La culpa recayó en el periódico de Lady Chanelia, diseñado para sembrar dudas sobre Killian.
Los artículos en los periódicos fueron cuidadosamente elaborados para exacerbar las sospechas de la gente.
A pesar de que Luna Negra apareció durante la fiesta mientras Killian estaba bajo investigación, persistieron rumores de que Killian era el cerebro detrás de los criminales, o que su coartada era inventada.
El incidente del candelabro fue una buena oportunidad para demostrar la inocencia de Killian.
Estaba en la fiesta cuando Luna Negra dejó caer el candelabro.
Si tantos testigos lo vieron, aquellos que sospechaban de Killian tendrían que callarse.
Pero si este incidente fuera tratado simplemente como un accidente, significaría perder la oportunidad de demostrar la inocencia de Killian.
—Mikhail…
—Claro que lo entiendo. No debería exacerbar la ansiedad del Imperio por mis sentimientos hacia Killian.
Mikhail sabía lo que Beatrice iba a decir.
Como príncipe heredero, debería tomar decisiones por el Imperio. No debería distorsionar las cosas por sus emociones personales.
—Pero también me preocupa Killian.
Los acontecimientos recientes habían sido duros para Killian.
Desde que apareció la Luna Negra, acontecimientos desafortunados lo habían seguido implacablemente.
La gente que le importaba murió, resultó herido en un torneo y perdió, fue torturado como sospechoso y se sintió traicionado por la familia real.
A pesar de las apariencias exteriores, por dentro debe estar sufriendo.
Si Mikhail estuviera en el lugar de Killian, tal vez preferiría la muerte.
—Killian parecía cansado otra vez hoy.
Mikhail recordó el comportamiento de Killian en la fiesta.
Aunque se había recuperado lo suficiente para funcionar, probablemente no disfrutó de la fiesta. De hecho, parecía exhausto. Y los rumores y chismes sobre él inquietaban y perturbaban a Mikhail.
—Se hablaba de la caída de la familia Rivelon, sospechas de que Killian podría ser Luna Negra y ahora rumores sobre el anuncio de matrimonio de hoy...
Aunque Killian lo soportó en silencio, internamente, debió haber sido insoportable.
—Entonces, después del incidente del candelabro, debió sentirse así.
Mikhail recordó la expresión enojada de Killian.
Beatrice notó la angustia de Mikhail y sonrió.
—No te preocupes, Mikhail. Killian es fuerte. Saldrá adelante.
—Pero aún así quiero investigar el incidente de la Luna Negra yo mismo.
Mikhail había tomado una decisión.
Sería mejor centrarse en resolver los problemas de la Luna Negra y concluir todo.
Beatrice se sorprendió y agarró las manos de Mikhail.
—No puedes involucrarte personalmente en esto.
—¿Pero cuánto tiempo podemos esperar a que otros lo resuelvan?
—Eres el príncipe heredero. Es absurdo que un príncipe heredero persiga a un criminal.
—Pero temo que aparecerán más víctimas si no hacemos nada.
—Esa víctima podrías ser tú. Un monstruo rondaba por los terrenos del palacio. Si sabe que lo sigues, ¿qué hará entonces?
—Por eso debo perseguirlo y capturarlo activamente. Si no, incluso tú podrías estar en peligro, madre.
Mikhail sostuvo firmemente la mano de Beatrice, su decisión ya estaba tomada.
Para descubrir la verdadera identidad de la Luna Negra.
Athena: Sí, sí… Investiga. Verás qué sorpresa.