Capítulo 316

Cuando revelé que Clyde y yo estábamos casados, todos a nuestro alrededor me miraron con ojos atónitos.

¡Ding!

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[¿No dijiste que en realidad no estabas casada? Pero te gusta tanto Clyde que no quieres separarte de él, así que estás mintiendo.]

¡Ding!

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[¿Primero el matrimonio, luego el amor? Me gusta ese tipo de cosas.]

Ozworld murmuró como si saboreara las palabras. «Ah, casados». Luego, esbozó una leve sonrisa, pero parecía no creerme, aunque no me importaba.

¿Y qué si no me creía?

—Creo que es natural que una pareja casada viva junta, Majestad.

En este mundo, tal como se veía en la novela, el amor era libre, pero el matrimonio tenía normas estrictas. A quien lo incumpliera se le podían confiscar todos sus bienes. En casos graves, incluso podía ir a prisión. Así que, una vez que declaré que estábamos casados, ni siquiera el emperador podría separarme fácilmente de mi esposo.

Ozworld me habló con una mirada ligeramente cínica.

—Te he proporcionado la Habitación Rubí para tu comodidad, pero supongo que no hay nada que hacer. En ese caso, ven al palacio imperial a diario.

¿Acaso conseguí un trabajo en el Palacio Imperial sin darme cuenta? ¿Por qué tenía que venir al palacio todos los días?

—¿Crees que emití una orden de registro solo para verte la cara? Por supuesto, tengo algo que hacer para ti.

—…Cumpliré vuestra orden.

Ozworld, satisfecho con mi respuesta, hizo un gesto con la mano como si la conversación hubiera terminado.

—Puedes irte ya.

Me pareció bastante incómodo que me dejara ir con tanta facilidad, después de haber sido tan obsesivamente apegada a él.

Tras presentar mis respetos con un gesto ligeramente dubitativo, me dirigí hacia Clyde, que me esperaba detrás. En cuanto me acerqué, Clyde sonrió con sorna y preguntó:

—¿Estamos casados?

Sintiendo culpa por haber actuado sin consultarle, le expliqué en voz baja:

—Ya te lo dije antes… ¿Debería decir que estamos divorciados?

¡Ding!

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[Tu cambio de tono es definitivamente de primer nivel ㅋㅋㅋㅋㅋㅋㅋㅋㅋ.]

Clyde preguntó, aparentemente burlándose de mí:

—¿De verdad nos divorciamos?

—Era falso desde el principio… ¡Uy! —De repente, me metieron una galleta en la boca y tuve que masticarla.

Cuando llegué a casa después del banquete, me encontré inesperadamente con el karma de mis palabras.

—He oído que están casados.

Los ojos de Motie, generalmente tranquilos, parecían brillar de forma inusual. ¿Me lo estaba imaginando?

—¿Dónde has oído eso?

En ese momento, el sirviente que había acompañado a Clyde al banquete respondió con orgullo desde un lado:

—Envié urgentemente un mensajero para informarles.

Motie miró al criado con una expresión cariñosa.

—De no ser así, podría haber descuidado la preparación.

Karen, la criada que estaba junto a Motie, habló con expresión conmovida.

—Fuiste considerada con la pérdida de memoria de tu amo. Qué considerada…

No, no es eso.

De repente, nos cambiaron la ropa para dormir y nos metieron en una habitación. Originalmente era la habitación de Clyde, pero la habían adornado con flores y velas, dándole el ambiente de una alcoba nupcial.

—A partir de ahora, usen esta habitación juntos. Me retiro. —Dicho esto, los sirvientes nos dejaron solos.

Pregunté seriamente:

—¿Si duermo en otra habitación, habrá rumores malos?

—Pruébalo si tienes curiosidad.

El hecho de que lo dijera de forma tan irresponsable me hizo darme cuenta instintivamente de que yo definitivamente no debería haberlo hecho.

Clyde comentó con indiferencia:

—¿Dónde está el valor que tenías cuando te tumbaste en el desierto, desafiándome a que te matara, ahora que tienes miedo de tumbarte en una cama cómoda?

—¿Quién dijo que tenía miedo? Simplemente dudo porque es una cuestión de principios y de conciencia. Al fin y al cabo, esto sucedió por mi culpa.

—¿Acaso parezco odiar esto?

—¿Eh?

Mientras permanecía allí estupefacta, incapaz de reaccionar, Clyde de repente metió la mano en el subespacio y sacó un estuche de anillos. Primero se puso un anillo en el dedo anular y luego se acercó a mí.

—La mano.

Instintivamente ofrecí mi mano izquierda.

Después de colocarme el anillo de bodas en el dedo, me miró.

—Me alegro de haberlo preparado con antelación.

Ante su sonrisa juguetona, lo único que pude hacer fue asentir estúpidamente y decir:

—Eh…

—Ahora vamos a dormir.

—Sí.

Nos tumbamos uno al lado del otro en la cama.

Cuando se apagó la lámpara, la oscuridad se instaló densamente. En medio del silencio, sentí extrañamente el calor de su cuerpo, lo que me puso nerviosa. Ya habíamos compartido cama en la primera mazmorra, así que esto no debería haber sido nuevo. Pero, por alguna razón, esta vez se sentía incómoda y extraña.

Mientras daba vueltas en la cama, incapaz de dormir, la voz de Clyde, más baja de lo habitual, llegó a mi lado.

—¿No puedes dormir?

—…Sí.

Se oyó un crujido de tela. Parecía que Clyde se había vuelto hacia mí.

—Dame la mano.

Normalmente, habría preguntado por qué, pero ahora no tenía ganas. Las dudas habían desaparecido de mi mente. Obedientemente me giré hacia él y le tendí la mano.

En la penumbra, apenas pude distinguir la silueta de Clyde. Aun así, parecía llevar una máscara, su expresión era indescifrable. ¿Sería por eso? De algún modo, recordé la historia de Eros y Psique que había mencionado y una sonrisa se dibujó en mis labios.

Tomó mi mano y suavemente la envolvió con una corriente de energía divina. Era suave como una brisa primaveral, como si me arrullara para dormirme.

—Cuando llegué a este mundo, mis padres adoptivos siempre hacían esto antes de ir a dormir.

—Debieron de ser personas realmente buenas.

—Sí. Gracias a ellos pude adaptarme rápidamente a este mundo.

Clyde comenzó a compartir historias sobre sí mismo, cosas que nunca antes había mencionado.

—Al principio, muchos nobles se rebelaron contra la idea de que yo, un extranjero, hubiera heredado el poder divino.

Quienes poseían poder divino pertenecían a una clase especial. Naturalmente, recibían un trato mejor que los nobles comunes, por lo que era inevitable que los poderes existentes se resistieran.

—El poder divino puede amplificarse o disminuirse dependiendo de la habilidad del individuo. Afortunadamente, tuve el talento suficiente para convertirme en uno de los 13 caballeros.

Fue cambiando gradualmente su reputación gracias a sus extraordinarias habilidades y al reconocimiento de Hardy.

—En ese sentido, le caes extraordinariamente bien a todo el mundo.

—Debe ser porque poseo la habilidad que más desean.

Apreté la mano de Clyde un poco más fuerte y le dije:

—Si alguien te molesta en el futuro, yo me encargaré de él.

Clyde dejó escapar un sonido como el del aire escapando de un globo, riendo suavemente.

—Es agradable tener una esposa confiable.

Ahora que lo pensaba, nos habíamos acercado lo suficiente como para que pudiera verle la cara.

—Ahora tengo sueño —dije, y cerré los ojos rápidamente. Sin embargo, no solté su mano.

Clyde observó en silencio a Theresa mientras dormía y pensó: «Parece que no podré dormir esta noche».

Por algún motivo, Theresa, inconscientemente, le enviaba tanto poder divino como magia mientras dormía. Las energías no chocaban, sino que fluían juntas con naturalidad. Era como si se fundieran en una sola.

Clyde pensó que, si se quedaba así, tal vez no podría controlar sus impulsos, así que decidió soltarle la mano. Pero en ese instante, recuerdos largamente enterrados comenzaron a aflorar. Un mundo de algún modo ajeno a la realidad.

En ese lugar, él y Theresa tuvieron una boda ruidosa. Llevaban alianzas idénticas a las que llevaban ahora y se besaron. Recordó haberla protegido de los malos espíritus y la larga noche que pasaron juntos, durmiendo en la misma cama.

—¡Theresa…!

Luego, apareció la imagen de Teresa siendo arrojada a la chimenea en su lugar.

La impactante escena no terminó ahí. Cuando sus ojos se tornaron rojos, desarrolló una personalidad distinta. Su personalidad demoníaca era mucho más astuta y egoísta. Y esa personalidad defectuosa fue explotada por alguien aún más astuto.

—¿Su Majestad?

Ozworld, que debería haber estado en el Imperio Signio, apareció con una forma desconocida y le mostró algo extraño.

¡Ding!

[Misión: El amante del demonio]

▸ Recompensa: La desaparición del demonio Clyde

▸ Fracaso: La desaparición del humano Clyde

※ Si no recibes una muestra de amor del demonio Clyde antes del comienzo de las vacaciones de verano, fracasarás.

—La decisión es suya, lord Clyde.

Theresa decidió salvar al Clyde humano, lo que llenó al demonio de ira y desesperación. Intentó usar engaños para destruirlo, pero fracasó. La personalidad de Clyde humano regresó. Y… ahí estaba.

Sin darse cuenta, Clyde abrió los ojos de golpe. Un sudor frío le recorría todo el cuerpo. Se sobresaltó y comprobó rápidamente si Theresa se había despertado por su culpa. Por suerte, Theresa seguía durmiendo plácidamente.

—…Uf. —Solo entonces Clyde exhaló la confusión que le pesaba en el pecho y se frotó los ojos.

Su fatiga mental era considerable. Sin embargo, a través de los dedos que se frotaban los ojos, un tenue brillo emanaba de sus pálidos ojos azules. Aunque sus recuerdos no habían regresado por completo, los fragmentos que contenían dejaban algo claro: que Ozworld era la raíz de todo mal.

 

Athena: Sí, es la raíz de todo el mal. En efecto. Vale, entonces según entiendo la parte demoniaca es que desapareció del todo. Entonces es el Clyde humano el que vemos.

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